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La temporada del Senior Femenino A. 1ª Nacional

Por: Iván Ferrando

A ningún entrenador nos sonará raro, si este año un compañero le dice que ha sido uno de los años más complicados por la abundancia de circunstancias extraordinarias que han rodeado al baloncesto.

Y es que a pesar de las ganas con las que intentábamos olvidarnos del encierro del 2020 y comenzar a trabajar en el deporte exclusivamente, todos teníamos la mosca detrás de la oreja de que la 2020-2021 iba a ser una temporada especial.

Así comenzamos con un pequeño trabajo en casa, una incorporación progresiva a los entrenos, sin contacto, sin oposición, intentando conseguir una base física que cualquier otro año vendría de serie en nuestras jugadoras. Jugadoras que afrontaban con una ilusión máxima el difícil reto que nos presentaba el competir con nuestras compañeras murcianas en el nuevo sistema de competición para la Primera Nacional Femenina.

Poco a poco la competición avanzaba y ya vislumbrábamos el exceso de trabajo extradeportivo o administrativo para todo entrenador de la categoría. Veíamos como se suspendían partidos, como se nos prohibía viajar a Murcia, etc. Todos estos factores que dificultaban cualquier atisbo de planificación deportiva lógica, algo que jamás hubiéramos imaginado en ningún curso de entrenador…

A pesar de ello el equipo realizó una primera fase espectacular, superando los problemas, adaptándose a la situación y haciendo lo que mejor sabe hacer: Competir desde el principio hasta el final. Este espíritu y la química del grupo consiguió obtener la primera plaza del grupo, en una de las primeras fases más meritorias que recuerdo.

Con esta clasificación se obtenía la plaza para disputar la Primera Nacional en la temporada que viene y el “derecho a soñar por algo más”. Entonces llegó la paralización de la competición, la aplicación de los toques de queda y todo se complicó aún más… No podíamos entrenar, ni en tiempo ni en forma, en horarios incompatibles para la categoría y edad de las jugadoras, con continuos cambios de pista y lo que es peor, teniendo que entrenar en campos exteriores con diferentes superficies. La planificación saltó por los aires y sólo podíamos sobrevivir para acabar la temporada de la mejor forma.

Todo ello castigó al equipo, que empezó a sufrir las lesiones lógicas de alguien que se quiere entregar al 100%, pero cuyo cuerpo pierde el hábito para ello… y desgraciadamente el equipo tuvo que disputar una segunda fase muy mermado. Aún así nuestras jugadoras juniors y del senior B nos empujaron hacia adelante, siendo más en algunos partidos que las jugadoras del primer equipo.

Por lo tanto, una temporada para recordarnos lo bonito que es poder disfrutar de este deporte con todas las garantías y medios que hasta este año lo habíamos hecho. Una temporada de la que no podemos sacar conclusiones, salvo lo orgullosos de haber competido, y hacerlo con éxito, hasta que las circunstancias se han convertido en algo insalvable. Una temporada donde las jóvenes han podido sentirse parte importante del grupo y comenzar a plantar una semilla de futuro y continuidad en el equipo.

Una temporada donde subyace el deseo de que el resto de equipos del club puedan disfrutar de un final de temporada con algo de normalidad, y que por supuesto tras nuestra vuelta de vacaciones nos depare una 2021-2022 igual de ilusionante como el inicio de la temporada actual.