Desde el principio, se prevenía una temporada complicada, en cuanto a resultados.
La cadete es ya una categoría con equipos de mucha experiencia y en la que el físico, como en infantil, suele ser determinante, pero sobre todo los años de baloncesto.
Nuestro equipo, salvo 3 jugadoras, estaba formado por jugadoras que empezaron el año pasado a jugar, y que además eran prácticamente todas de primer año.

También desde inicio, advertí que las chicas tenían ganas de aprender, y que necesitaban confianza, para poder atreverse a jugar, y que no les quemara el balón. En los entrenos fuimos corrigiendo cosillas y animando a las jugadoras a intentarlo.
Obviamente no es lo mismo entrenar con tus compañeras que el momento del partido. Esto nos ocasiono situaciones de bloqueo, incluso de las jugadoras que llevaban más tiempo, jugando, ya que se veían impotentes ante rivales con más veteranía.
Poco a poco, sobre todo en la segunda fase ya con equipos más de nuestro nivel, conseguimos mejorar algo los resultados, y bastante el juego y la toma de responsabilidades sobre todo delas más veteranillas, y que el resto también progresara en confianza y en conceptos del juego. Algunos días aparecían los viejos miedos, y las dudas, pero creo que llegamos a hacer buenos partidos como en Orihuela y Torrevieja.

Por mi parte, espero que a las chicas este año les haya servido para crecer como jugadoras y personas, y agradezco que pese a los resultados, hayan seguido hasta el final. Aunque hay partidos que hemos bajado los brazos, lógico cuando los resultados son malos, en lo principal que es el compromiso y las ganas de hacer cosas, no ha sido así
Ha sido un año que creo que a la larga les servirá para crecer como jugadoras.
Agradecer por último la colaboración siempre que se ha necesitado de las infantiles, Carmen, Irene y Natalia.
Sois un grupo increíble chicas, y debéis confiar más en vosotras, tanto dentro como fuera de la pista.
Por: Quique García