Temporada con nubes y claros la del senior femenino B.
Comenzábamos la competición en categoría autonómica. Una categoría, pensamos que, acorde al nivel del equipo. Con un nivel de competición óptimo y perfecto para desarrollar al máximo el potencial que pensábamos que tenía la plantilla. Plantilla por otro lado que mantenía muchas de las piezas de la temporada pasada y a la que se unían jugadoras de calidad que aportarían cosas diferentes.
Con todo esto el primero de los objetivos ya desde pretemporada era la de dar un giro al tipo y ritmo de juego con respecto a la temporada anterior. Apostábamos por un baloncesto mucho más rápido, fluido, libre y basado en defensas intensas. Sabíamos que este cambio podría acarrear desconcierto y desorden en el inicio de la temporada, pero por otro lado sabíamos que era el idóneo para la plantilla que teníamos.
El inicio de temporada no fue malo, llegaban las primeras victorias, aunque el juego no era el mejor. Más por físico que por buen baloncesto éramos capaces de doblegar a equipos complicados y parecía que estábamos en el camino.
Pero las dudas, el covid, las lesiones, los desplazamientos (un grupo con equipos bastante lejanos) y los baches en el camino. No conseguíamos una regularidad idónea para seguir con el buen trabajo que estábamos haciendo. Aunque disputábamos todos los partidos y en los entrenos la actitud era la mejor los resultados empezaron a no acompañar. Llegando a perder partidos que en circunstancias normales no se deberían haber escapado.
Con el fin de la primera fase, como era lógico y merecido, descendíamos a preferente. Y como regalo de navidad comenzaban a incorporarse las lesionadas, dando opciones diferentes a nuestro baloncesto.
Otra vez el azar no nos acompañaba y el destino nos encuadraba en un grupo exigente que nos obligaría a dar el máximo de nosotras.
En esta fase vimos nuestro mejor juego, nuestros mejores momentos en defensa y, como era de esperar, volvían a aparecer esos momentos que nos convierten en un equipo poco fiable. Con menos victorias de las esperadas, pero con la sensación de haber podido ganarlo todo, cerrábamos la competición acabando en tercera posición de nuestro grupo de preferente.
Leyendo todo lo anterior alguien podría pensar que no ha sido una buena temporada, si nos quedamos solo con los resultados sería así. Pero en esta temporada ha habido mucho más. Cosas más importantes, que consolidan al equipo y al grupo. Que han hecho crecer a las jugadoras y que hacen que nos sintamos orgullosos.
Hemos sido capaces de conseguir un estilo de juego nuestro, propio, siguiendo la línea del club y que nos hacía disfrutar en la pista.
Hemos sido capaces de crear algo que a veces cuesta mucho un “equipo”. Asentando las bases de la temporada que viene.
Se han recuperado de lesiones jugadoras importantes llegando a rozar su mejor nivel.
Y en todo momento hemos mostrado la mejor actitud tanto en entrenos como en partidos, dando siempre (o por lo menos intentándolo) nuestra mejor versión.
Ha sido un placer y un orgullo trabajar con este grupo de grandes personas. Teniendo al lado al mejor, Joaquín, al que he vuelto a ver en su mejor versión (el que tuvo retuvo). Parte importantísima de todo lo conseguido merced a sus conocimientos, intensidad y pasión.
A partir de ahora comienza el trabajo para la temporada que viene.
El trabajo no termina.
José Manuel Muñoz