Allá por Septiembre pintaba bien la temporada.
Un equipo compensado, con un juego interior envidiable por muchos equipos de la competición. Exteriores jóvenes y rápidas con mucho talento, y hambre, mucho hambre de baloncesto y de pasárselo bien en la pista.
Y no comenzamos mal. Nos costó poco acostumbrarnos las unas a las otras. El balón fluía con facilidad y teníamos algo difícil de encontrar muchas veces, carácter defensivo ganador.
En los primeros partidos, éramos capaces, sin hacer buenos inicios, de conseguir victorias desde el trabajo colectivo. Sobreponiéndonos a agentes externos que complicaban los partidos pero nos hacían más fuertes.
A principios de Noviembre llegaba la primera derrota por méritos propios. Demasiados fallos y pérdidas de balón, facilitaban a nuestras rivales la victoria. Un mes fatídico, ya que a finales del mismo la primera lesión de gravedad nos pegaba duro. Perdíamos a Itziar y con ella poderío bajo los tableros. A eso se unía la marcha de María. Una pena no haber conseguido que volviera su ilusión.
Y por si esto fuera poco en la siguiente jornada Alba se unía al prestigioso club de los ligamentos rotos. Otro golpe duro, porque perdíamos la frescura y la locura que tanto nos estaba dando.
Y con ello recibíamos con los brazos abiertos a Aurora y Marta. Dispuestas a darlo todo. Nunca dejaré de estar agradecido.
Tras la navidad tocaba empezar a “reinventarse”. Menos centímetros en la zona pero las mismas ganas de comernos el mundo. Ahora los partidos empezaban a costarnos más. Además nuestro compromiso con el Senior A hacía que no siempre estuviéramos todas. En mucha ocasiones más con corazón que con buen juego sacábamos los partidos, dejándonos alguna derrota por el camino.
Oliendo ya los cruces volvíamos a sentir el dolor de las lesiones. Natalia completaba la plantilla de bajas. Su pie decidió romperse en el peor momento ¿Pueden pasar más cosas? Pues sí, podríamos decir más cosas pero sería muy largo. Pero nos quedaremos con el positivo. Y lo positivo se llamaba Clara y llegó cuando más la necesitábamos. Sus ganas y talento nos a venido de perlas.
Con todo esto, y alguna derrota de otros equipos, acabamos la fase regular primeras. Puesto que en principio nos daba la ventaja de campo en los cruces de 4º de final.
Pero este tipo de cruces, en la mayaría de los casos, no entiende de ventajas. Al final son 2 equipos de tu a tu. Partidos en los que el equipo que mejor temple los nervios, mejor aproveche su ventaja y, sobre todo, mejor minimice las ventajas del rival, tiene mucho ganado.
Y así fue. El saber hacer y ganas de las chicas del Grao nos puso en nuestro lugar.
Una temporada muy dura. Psicológicamente complicada para las jugadoras y para mí. Donde nos ha mantenido arriba única y exclusivamente el grupo, el equipo. Porque los lazos que se han creados han sido y son más fuertes que cualquier lesión. Porque ellas han desprendido ilusión y sobre todo se lo han pasado bien jugado, que al fin y al cabo es el objetivo.
Temporada inolvidable en la que teníamos talento y ganas para llegar a todo, pero en la que conseguimos mucho más. Conseguimos asentar las bases de la temporada que viene. Porque de todo lo negativo se aprende y a nosotras nos ha hecho mas fuertes.
Por: José Manuel Muñoz