Empezamos la temporada con muchas ilusiones y ganas de aprender. Existían condicionantes como la cantidad de nuevas jugadoras. Trabajábamos con ilusión pero pronto la realidad nos puso en nuestro sitio. Después de algún partido amistoso, empezó la competición oficial y ahí fue donde pudimos observar que no estábamos preparadas para la competición. Perdimos todos los partidos de la primera fase y, a pesar de los resultados, el grupo seguía trabajando con ilusión.
En la segunda fase de la temporada, empezamos a competir con los equipos contra los que podíamos luchar. Llegaron las victorias y las derrotas con marcador ajustado lo que nos hacía pensar en la evolución del equipo.
El final de la temporada marcó nuestro camino. Cuando éramos capaces de hacer las cosas tal y como las entrenábamos, competíamos y nos íbamos con buen sabor de boca. Sin embargo, había partidos en los que parecía que no hubiéramos aprendido nada durante la temporada.
En fin, una experiencia más que ha exigido mucho de cada una de las jugadoras. Espero y deseo que todas sigan aprendiendo y esforzándose por dar lo mejor de cada una en todos los entrenamientos y partidos futuros..
POR: ARTURO PRIETO