El pasado sábado vivimos una auténtica lección de esfuerzo, lucha y sacrificio por parte de nuestras juniors.
Podríamos decir que fue un partido difícil, con un rival que no se dió por rendido en ningún momento, que las nuestras estuvieron espesas en ataque (gran parte de culpa la tuvo la férrea defensa de las jugadoras locales, rebasando una o otra vez los límites de la falta), pero todos estos comentarios no serían suficientes para explicar lo que pasó el pasado sábado. Fue algo más…
Las nuestras salieron enchufadas, logrando así las primeras ventajas, pero ellas mismas se diluyeron en cuanto Lucentum entró en el encuentro, llegando al descanso 16-20.
En el segundo cuarto vimos aparecer todos nuestros fantasmas. El juego en ataque era precipitado, nuestra defensa demasiado permisiva y el bloqueo del rebote inexistente. La mejor noticia al descanso era estar solo tres abajo en el marcador 33-30.
Tras la reanudación los dos equipos entraron en una dinámica de juego rápido y precipitado del que ninguno de los dos equipos salió beneficiado, llegando con 42-43 para las nuestras al definitivo último periodo.
El último cuarto fue un carrusel de emociones, a veces parecía que logramamos controlar el encuentro, pero aparecía alguna circunstancia que nos ponía el partido patas arriba.
Al final, conseguimos salvar una situación muy complicada, en un final de partido no apto para cardíacos, nos llevamos la victoria por 57-60. Solo espero que de lo vivido el sábado, aprendamos algunas lecciones que serán clave si queremos lograr los objetivos.
Como parte más positiva, creo que varias jugadoras dieron un paso adelante el sábado para demostrarnos que tienen mucho que aportar.
Por: Joaquín Pérez
