Comenzábamos el año con mucha ilusión, un grupo muy “nuevo” de jugadores y entrenadores, con un objetivo a largo plazo, el de invertir la dinámica del primer equipo masculino del club, quien desgraciadamente en los años anteriores no había conseguido terminar las temporadas con el éxito de la salvación.
Pues todo ese grupo de desconocidos entre nosotros echaba a andar mezclando la veteranía de jugadores que ya habían pasado por nuestro pabellón con otros jóvenes incluso provenientes de nuestro filial.
No vamos a decir que no nos costó adaptarnos al trabajo propuesto, a la definición y asunción de roles, a la categoría con nuevo y exigente sistema de competición, …. Alternando partidos con resultados óptimos, con otros en los que pagábamos cruelmente la falta de rodaje y engranaje del equipo, aunque eso sí, el equipo jamás se mostró la comparsa de nadie compitiendo cada uno de los partidos.
Desgraciadamente a lo largo de la temporada hemos vivido la peor cara del deporte como las lesiones, las derrotas en finales ajustados (incluso prorrogas), todo ello nos ha hecho crecer y darnos cuenta de lo que cuesta alcanzar una buena dinámica de trabajo que además se vea reflejada en la competición los fines de semana.
No fue hasta el tercio final de temporada donde todos empezamos a encontrar nuestro lugar en el equipo, donde el ímpetu de los jóvenes, la experiencia de los veteranos, nos convirtió en un equipo difícil de ser superado, consiguiendo, en el sprint final de la competición salvarnos del descenso directo y llegar en un momento de forma y confianza óptimos para afrontar el play out.
En la eliminatoria final pudimos volver a disfrutar de un Gines Alenda entregado y tras dos partidos muy serios en los que fuimos dominadores conseguimos la permanencia en la pista.
Queremos agradecer desde el cuerpo técnico a todos los jugadores que han participado en la dinámica, agradecer a aquellos que nos han apoyado desde el banquillo y desde la grada.
Y siguiendo la esencia del deporte, para todos aquellos a los que nos gusta competir, de un final ilusionante debemos pasar a un inicio prometedor, donde el equipo a nivel interno tiene que alcanzar niveles de exigencia en su trabajo más altos para que los objetivos deportivos sean más altos. También en nuestro debe nos queda la espinita de enganchar más con nuestro público y nuestro club en general, superando esa separación física que tenemos en los entrenamientos del día a día.
Llegamos al verano con la misión de descansar y cargar las pilas para la temporada que viene ofrecer ese salto que todos esperamos.
Feliz verano y enhorabuena a todos los equipos del club que han peleado en el día a día por ser mejores.
¡VAMOS ADESAVI!
Por: Iván Ferrando