Si con una palabra tuviera que definir esta temporada sería satisfacción. No hay nada más satisfactorio para una entrenadora de formación que ver que además de inculcar los conocimientos del baloncesto, estas formando parte y ayudando a que un grupo de niñas que vienen de distintos colegios forjen un vinculo que va mas allá de la pista de juego y que hace que se cree un ambiente de compañerismo, de esfuerzo, de mejora, de intensidad y de ganas de seguir aprendiendo y creciendo juntas como grupo.
Con un grupo formado por jugadoras de alevín de primer y de segundo año, hemos afrontado una temporada en la que hemos ido ,como se espera, de menos a más. Mirando la temporada con perspectiva si comparamos como empezamos, a los últimos partidos disputados se ve una clara mejoría tanto a nivel individual de cada una de ellas, como a nivel colectivo. Comenzamos la temporada con una plantilla de 9 jugadoras y hemos terminado con un grupo en el que no hay distinción con las benjaminas y las alevines escolares que acudían como refuerzo cuando teníamos bajas, y que han dejado de ser refuerzo para ser unas más en la plantilla, porque el buen ambiente que había ha hecho que todas se impregnaran de esas ganas de continuar trabajando día a día. Y esa ha sido la clave para seguir avanzando durante la temporada.
Después de una primera fase en la que dos equipos fueron superiores a nosotras en la clasificación, afrontamos una fase zonal en la que seguimos creciendo a nivel individual y por supuesto también como grupo. Con un equipo emocionalmente muy conectado terminamos primeras de grupo para disputar los cuartos de final de zonal. A pesar de haber estado relativamente cómodas es esta fase tuvimos la capacidad de adaptarnos al juego y ritmo mas dinámico que nos hizo desplegar las jugadoras de Pedreguer consiguiendo el pase a las semifinales. Es a esta altura donde el equipo de Tavernes(nuestro rival en semifinales),con su estilo de juego el cual no nos habíamos encontrado en toda la temporada, nos deja fuera de poder llegar a la final.
Pero como comenzaba diciendo, mi objetivo no es ganar finales, es ver como han luchado en cada partido, como se han esforzado cada día, como han preferido venir a entrenar en lugar de ir a algún cumpleaños, es ver como hacen una piña y se ponen a cantar SOMOS UNA PIÑA;LA PIÑA AMARILLA! Que tengan ganas de venir, de aprender, de pasárselo bien y de esforzarse cada día, que sigan peleando y luchando independientemente del marcador… ese es el objetivo y sin duda ese objetivo este año lo hemos alcanzado y por ello estoy enormemente orgullosa de todas las chicas.
Así que solo puedo decirle GRACIAS a cada una de ellas por la gran temporada que me han hecho disfrutar, gracias también a los papis y mamis que son participes de ese gran ambiente que se ha creado fuera de pistas con esos canticos y comidas y por supuesto gracias a Quique, que ha sido mi mitad y sin el que no hubiera podido estar esta temporada.
Por: Nerea Fernandez
Es una maravilla entrenar un equipo en el que todas y cada una te tiran el corazón en la pista cada semana.. El resto es entrenable, el espíritu y la actitud, solo puedes apoyarlo y fomentarlo, pero tiene que venir de ellas, y asi ha sido