Esta jornada nos enfrentábamos a un rival, San Gabriel, con el que desde inicio sabíamos que partíamos con una desventaja física,ya que cuentan con un equipo bastante más grandes que nosotras,y mermadas por bajas debido a lesiones.Nuestra ventaja tenía que ser imponer un ritmo de juego rápido y jugar muy activas e intensas y usando el cuerpo para contrarrestar esa diferencia de centímetros.
EL ritmo lo pusimos durante parte del encuentro,pero el hecho de jugar en campo grande(dimensiones de baloncesto,no de minibasquet) nos pasó factura a la hora de encontrar los espacios que nos tenían que ayudar a llegar rápido mediante pase a campo contrario. Acostumbradas a jugar con pase directo a campo de ataque,a las jugadoras sin balón les faltaba facilitar un pase intermedio a la compañera con balón para acercar este a canasta,algo que aprovechaban las rivales para presionar la subida con bote que hacíamos y recuperar balones cerca de su aro para finalizar de manera cómoda.
Pero en medio de estos periodos de oscuridad,conseguimos ver la luz en momentos del encuentro y cuando entendíamos a lo que teníamos que jugar,conseguimos ver como somos capaces de jugar colectivamente y como eso hace nuestro baloncesto más fácil y divertido. A pesar de la diferencia de marcador durante el encuentro no daba la sensación de que estábamos tan lejos puesto que llegábamos a canasta pero no lográbamos convertir los puntos,las rivales conseguían todos los rebotes por lo que no teníamos segundas opciones.
Entrenamiento a entrenamiento y partido a partido seguimos creciendo y aprendiendo
Por: Nerea Fernandez