Dicen que el hombre es el animal que tropieza 2 veces con la misma piedra, bien pues, nosotras volvimos a cometer los mismos errores que en el encuentro anterior.
Sabedores del nivel del rival al que nos enfrentábamos desde el banquillo se planteaba el partido trantando de ser fuertes en defensa y con la suficiente consciencia de que seríamos victimas de nuestras perdidas, por tanto con la idea de tratar de limitarlas. Pués en la salida al campo hicimos todo menos eso.
Un inicio muy malo en defensa, sin ser capaces de frenar las contras y con excesivas perdidas, daban facilidades a las de Alfaz para empezar a poner las primeras diferencias en el electrónico. Por nuestra parte conforme avanzaba el partido nos ibamos encontrado «a arreones» comodas en defensa llegando a mover con solvencia y criterio el balón. Aunque no con todo el acierto necesario.
Durante todo el encuentro se sucedieron las mismas situaciones. Mezclábamos buenos momentos en ataque con perdidas de balón y malas decisiones en defensa, sobre todo en situaciones de ayuda mal interpretadas.
Ya en la segunda parte, y sin hacer mucho caso al marcador, nuestro principal objetivo pasaba por tratar de hacer nuestro juego y de limitar los errores. Pero nos costó bastante y debíamos fajarnos en los rebotes y segundas oportunidades para subir puntos al casillero. Por su parte ellas, muy acertadas en el tiro exterior, seguían aprovechando sus oportunidades de agrandar la diferencia para llegar un marcador final de 102-47. Quizá algo más abultado de lo que se esperaba.
De los errores se aprende, esperemos que esta frase también se cumpla y sepamos reconducir nuestro juego.
¡Estamos en el camino!
Por: José Manuel Muñoz