Una vez más finaliza una temporada cargada de experiencias recuerdos y mucho baloncesto. Este año la temporada para el alevín empezó un poco antes de lo habitual debido a la fase de ascenso a categoría nivel 1 que quisimos jugar. Aunque éramos pocos para entrenar se consiguió el número mínimo de licencias para poder disputar la fase y optar a la plaza de la máxima categoría autonómica. La fase fue, aunque sufrida, un éxito ya que se consiguió el propósito de poder competir durante la primera fase de la temporada en el nivel 1.
La experiencia en nivel 1 fue tan complicada como fructífera para los jugadores que formaron el equipo. Aunque para algunos esta ha sido su primera experiencia en competición federada, han sabido aprender de cada partido y de cada sesión de entrenamiento. Unos partidos más competidos que otros, aprendimos como equipo a conocernos y a sobreponernos contra diferentes complicaciones y situaciones que se dieron durante la temporada. Finalmente no se consiguió la clasificación para la fase autonómica, quedando a las puertas a falta de solo una victoria para conseguir ese ambicioso objetivo.
La segunda parte de la temporada se disputó en la fase preferente que sirvió para seguir progresando en todas las facetas que componen el juego. Aunque no se consiguió clasificar para jugar contra los primeros de los diferentes grupos que conformaban la fase, la temporada ha acabado con un sabor agridulce. Esta circunstancia resultado de un fallo del entrenador Carlos Lillo (persona que redacta estas palabras) por un incumplimiento de la norma pasarela durante un partido, no empaña el gran hacer de todos los jugadores que han llegado a componer el Alevín masculino A de Adesavi. Durante esta fase algunos de los más tímidos o inexpertos en el juego encontraron su forma de entender el baloncesto como equipo y ser capaces de aportar cosas positivas al equipo. Experimentando lo que es formar parte de un grupo y compartir objetivos.
El crecimiento de todos los jugadores que han formado el alevín ha sido evidente, no solo por su corta edad y distancia hasta su techo como jugadores. El equipo durante el año ha ido creciendo no solo en estatura, si no también número de jugadores que han ido agregándose a este grupo. Este resultado es obra de la filosofía de trabajo que ha tenido cada uno de los chicos y chicas del equipo. Además, de la forma sana de entender la competición y el crecimiento individual, el buen rollo y el humor nunca faltó en ningún momento.
El balance final es positivo y cada uno de los integrantes del grupo debe de estar contento con la mejoría experimentada durante esta campaña, pero no se deben de conformar. No se puede vivir de los recuerdos y hay que seguir trabajando y disfrutando del juego.
#Seguimostrabajando.
Por: Carlos Lillo
Sin duda alguna una temporada que les ha servido de mucho. El crecimiento individual y como grupo ha sido brutal en la mayoría de los casos. Una pena no haber culminado como se merecía la temporada por culpa de la sanción. ¡Buen trabajo!