Duro encuentro en el que el miedo y la falta de intensidad nos arrebatan un partido en el que sentimos que podíamos haber competido mucho más.
Y es que desde el inicio la falta de anotación hace ver que sería un partido muy intenso en defensa y no respondemos como deberíamos, esto sumado a que durante dos cuartos no anotamos nos lleva al descanso con un marcador de 20-4.
En la segunda parte subimos ese punto de intensidad que nos hace regalar menos y un ligero acierto en ataque mejora nuestras sensaciones peleando el partido hasta el final.
Hoy hemos visto que el miedo a fallar nos hace fallar el doble y tenemos que asumir que es parte de nuestro camino
Por: Lucía Herrero