Esta semana nos enfrentamos a un rival contra el que podíamos competir.
Empezamos el partido con ganas de lucharlo y eso hace que sean 8 minutos muy intensos. Sin embargo, el cansancio nos hunde y hace que dejemos de jugar en equipo y bajemos los brazos en la defensa.
Pero es en los últimos 8 minutos donde nuestras cabezas hacen click y volvemos a ser nosotros, dándolo todo en defensa y jugando en equipo en ataque.
Así que conseguimos terminar el partido con un buen sabor de boca y siendo capaces de superar ese cansancio y jugar a lo que sabemos. El proceso de aprendizaje es un proceso muy largo y yo estoy segura de que vamos por el camino correcto y a buen ritmo dando todo lo que podemos en cada partido.
Por: Zaira Zaplana