Que bonitas son las primeras veces de algo que a veces no esperas.
Porque lo del sábado no era esperado. Sobre el papel habíamos perdido en casa del rival de 26 aunque la sensación era de que no había tanta diferencia.
Porque con trabajo, constancia, ganas y fe las cosas llegan. Qué bonito es cuando en la pista se ve reflejado el baloncesto que queremos hacer.
Qué bonito cuando cada una pone lo que tiene, cuando cada una se vuelca, se vacía. Por ejemplo las benjamines que ya son dos alevines más, con Alejandra inaugurando el marcador con 5 puntos seguidos, triple incluido o Valentina tirándose al suelo para pasarle un balón a una compañera que metiera canasta, o tirando un triple “de los suyos “es decir de más lejos de lo normal y metiéndolo limpio.
Ver a Marta , Elena ( tercer partido consecutivo con más de 15 puntos), y Carmen peleando con niñas mucho más grandes por cada rebote, la soltura que van cogiendo Carla y Sofía, (vaya pedazo de reverso hizo, para grabarlo y ponerlo en las escuelas), que empiezan este año pero ya son una más, la defensa de Valentina Molina y Nira sobre la mejor jugadora del rival, la efectividad de Valentina Carratala, que antes de lesionarse se fue a 11 puntos en un cuarto…el esfuerzo de Valeria y Chloe defendiendo a niñas mucho más grandes.. en fin estuvieron todas de matrícula…
Qué bonito fue el partido. Qué bonito cuando tras el primer periodo tú equipo va ganando 25-16 y camino al banquillo ves sonrisas y caras de “lo estamos haciendo bien”.
Y es que cuando todas entienden el partido, cuando son pocas las correcciones y lo que más se escucha desde el banquillo es “buen trabajo”, es muy bonito.
Cuando, con la presión de acercarse el rival a 8 puntos, Nira se mete un triple que nos vuelve a poner a 11, y a la siguiente jugada se tira otro… que no entra pero es igual, hay que tirar, ¿porque no?
Ver a las niñas aportando todas y disfrutando todas, que bonito. Y si, lo hicimos. Aquello que parecía que no llegaría. No la primera victoria, por suerte llevamos algunas ya pero si no tener miedo a que fueran más altas, a haber perdido allí de 26, la primera Alejandra que defendía a una chica en el primer cuarto a la que le llegaba por el ombligo literalmente… sino las buenas sensaciones, las sonrisas, el sentir que estamos más que nunca en el camino.
Por: Quique García
