
No faltó cabeza, nos sobraron nervios, pero estuvimos ahí.
Y es que el choque desde el inicio no era fácil. Enfrente Montemar, un grandísimo equipo, por lo físico y por el juego.
Al principio lo hicimos muy bien, mejor colocados en defensa, con buenas salidas a la contra, agresivos en el rebote y con la confianza suficiente. No tardaron mucho los locales en igualar la contienda, merced al tiro exterior. Y es que, aunque por altura nos ganaban, durante prácticamente todo el partido supimos luchar mejor el rebote. Lo que obligó a los de rojo a buscar mucho mas tiro exterior.
Pero no todo era bueno, aparecieron las perdidas no forzadas, las prisas en ataque y la falta de orden en ataque y defensa. Ingredientes que supo utilizar Montemar para plantar las primeras ventajas en el marcador. Llegando al descanso 8 puntos abajo en el electrónico.
Tras el receso llegaron los mejores minutos. Mucho mejor posicionados en defensa, con ganas de remontada y mejores ideas en ataque. Una vez tras otra los locales chocaban contra el muro, que permitía salidas a la contra y canastas fáciles. Fue entonces, a mitad del tercer período, cuando mejor estábamos, cuando empezó a cambiar todo. Lesión de Sergio, esperemos que no sea nada grabe, los cambios no salían al campo con las mismas ganas y poco a poco, otra vez, Montemar fue cogiendo distancia en el marcador.
El último de los períodos, tirado a la basura. Nosotros pensando más en los golpes, literales, recibidos, con cabezas gachas y dando por perdido un partido mucho antes de su finalización.
Y así, cuando solo unos pocos confían, es difícil. Una pena.
Como resumen nos debemos de quedar en que pudimos pero no supimos, o en algún momento dudamos en si pudimos. Yo lo tengo muy claro, eramos capaces y nos asustamos.
Por: José Manuel Muñoz
