
Comenzó la competición tras unos partidos de FAP que sirvieron para hacernos como equipos, mostrar nuestras carencias y demostrar que nuestras virtudes nos pueden dar muchas alegrías.
El primero de los rivales, los amigos de San Gabriel. Y digo amigos porque es así. Circunstancia que podía provocar exceso de nervios, desconexiones, ansiedad por hacerlo bien, una serie de factores que se mostraron y convirtieron al partido en una pequeña locura que al final cayó de nuestro lado.
Si bien es cierto, que desde el inicio, fuimos dominadores del ritmo del partido, las distancias en el marcador nunca fueron grandes, con alternancias en alguna ocasión. Las imprecisiones, los fallos fáciles bajo el aro o los balones regalados en pases sin receptor atento, ayudaron a poner mas tensión de la necesaria a un partido que debió ir por otros derroteros.
Lo mejor, que nos llevamos la victoria y que volvimos a demostrar, aunque poco, que si queremos somos un equipo serio, que trabaja como equipo, defiende como equipo, ataca como equipo y asume los fallos y los aciertos como equipo.
Queda mucho, pero estamos ahí.
Por: José Manuel Muñoz